La Importancia de la Radiología en la práctica Odontológica
Dra. Valentina Noriega
La presencia del radiólogo oral y maxilofacial cada día cobra más protagonismo en el equipo de profesionales de cualquier clínica dental en nuestro país. Su rol se basa en entregar respuestas a las dudas de los colegas dentistas para ofrecer así el mejor tratamiento a los pacientes. Desde visualizar caries hasta pesquisar fracturas o posibles lesiones malignas, los radiólogos se vuelven superhéroes que logran distinguir la enfermedad y salud en cuanto al macizo cráneo facial significa.
A través de la radiografía dental, un examen rápido y económico, se obtiene un diagnóstico preciso de la enfermedad, lesión, estructura y / o posición dental y de la cavidad bucal de los pacientes. No solo en la etapa inicial de diagnóstico y planificación de un tratamiento, sino también como control inmediato y a largo plazo.
Las radiografías dentales son imágenes de los dientes y estructuras del complejo maxilofacial que se obtienen con rayos X, que son ondas electromagnéticas, capaces de pasar a través de una estructura y formar una imagen en una película, la que puede ser análoga o digital. Se pueden clasificar en dos grandes grupos: las intraorales, que se realizan por dentro de la cavidad oral y son específicas para visualizar caries y problemas directamente dentarios, y las extraorales, que se toman por fuera de la boca o cabeza, como por ejemplo, la otopantomografía (panorámica) tan utilizada por los ortodoncistas.
Hoy en día contamos con una tecnología de radiación ionizante, a través de rayos X, que forma una imagen 3D de la zona a estudiar, conocida como Cone Beam. Este examen es necesario para la evaluación de estructuras óseas para realizar implantes, cirugías de terceros molares y hasta cirugías por fracturas importantes de la cabeza y cuello. Esta herramienta establece un precedente, en cuanto a la responsabilidad del profesional de la salud oral para diagnosticar correctamente una lesión y darle solución certera y duradera al paciente.
En niños, es recomendable una evaluación radiográfica temprana, especialmente en etapas de evolución de la dentición o si existe riesgo de caries, así se evita actuar cuando ya existe dolor y el procedimiento podría resultar traumático. En los pacientes adultos, lo ideal es efectuar un control radiográfico complementario a su control clínico que permita evaluar su condición de salud oral. Actualmente, el empleo de radiología digital ha permitido disminuir considerablemente las dosis de exposición a radiaciones, por lo que estos procedimientos resultan ser bastante seguros y confiables.